Semanas atrás compartimos en RRSS un post llamado “¿Qué está sucediendo con la Lactancia Humana?” (podés verlo aquí); con principal atención en el aumento de la comercialización y utilización de sucedáneos, impulsado por estrategias de marketing abusivas de las diferentes marcas productoras y comercializadoras de estos productos que hoy, son uno de los factores que atentan directamente sobre las tasas de lactancia en nuestro país y el mundo.
Gracias a los comentarios recibidos por nuestra comunidad de seguidores, se generó dentro de Fundación SANAR un espacio de reflexión para poder revisar las formas de comunicar estos temas de Salud Pública, que a veces pueden ser más sensibles. Considerando hacerlo no sólo desde la evidencia científica, por la responsabilidad que nuestro compromiso como fundación nos implica, sino desde una mirada colectiva lo más amorosa, cálida y empática posible.
Desde Fundación SANAR, venimos construyendo un camino de trabajo en torno a la mejora de políticas públicas de salud existentes y/o en el impulso de algunas nuevas, como herramientas para la garantía de derechos que consideramos fundamentales. Para quienes integramos SANAR, la garantía del derecho a la información, a la alimentación adecuada y a la salud, bajo el lema “Promoción de la Salud y mitigación de factores de riesgo”, con la exigencia de la libertad de conflictos de interés, son el motor que cada día nos convoca a trabajar por el bien común.
La visibilización y problematización de “algo” naturalizado (siempre de acuerdo a lo que muestra la evidencia libre de conflictos de interés) que pueda corresponder a poner en peligro la salud, es un ejercicio paulatino, profundo y muy grande que permite identificar, uno a uno, los factores que justamente vuelven a ese “algo” naturalizado, un problema de Salud Pública.
En la identificación de factores que hacen a la problemática (en este caso, la disminución de la lactancia humana) y frente a una realidad cruda de recursos limitados, se vuelve imperiosa la necesidad de jerarquizar. Ésto puede ser de acuerdo a la magnitud de su impacto, a la capacidad de poner ese factor en agenda o a la necesidad de situarlo, por cómo la evidencia lo destaca frente a otros, como causa principal de esa problemática. Ahora bien, hablar y profundizar en lo que respecta a ese factor, no desconoce la existencia de otros, sino que permite comenzar a poner bajo la luz y el interés público y político su discusión y la presentación de potenciales maneras de subsanarlo.
En el copy de nuestra publicación compartimos un párrafo que aclaraba que las fórmulas para lactantes son necesarias para aquellas situaciones en que está contraindicada la lactancia, o en las que no se desea y de manera autónoma e informada se decide no amamantar.
Con esta declaración se quiso dejar en claro nuestro posicionamiento frente a la libertad de elección de las personas - para lo que es fundamental que la elección sea informada -y frente a la necesidad de su incorporación como método de alimentación en situaciones adversas de salud. Nos resulta importante destacar que esa elección informada y por tanto libre, no es ni será en sí misma un problema de salud pública o que desde nuestro trabajo busquemos modificar.
Al igual que cuando luchamos por el derecho a saber lo que estamos comiendo, en el marco del impulso del proyecto de Ley de Promoción de la Alimentación Saludable (actual Ley n° 27.642 en pleno proceso de implementación), nunca fuimos ni iremos en contra de las elecciones libres de las personas; mucho menos sobre cómo maternar o paternar. Trabajamos sobre el acceso a la información necesaria y la mitigación de la interferencia de la industria que impone sus intereses por sobre la salud de las personas, atendiendo principalmente las características que lo vuelven un problema de Salud Pública.
Siempre que desde Fundación SANAR se aborde el consumo de sucedáneos de la leche humana como una problemática, se hará principalmente desde el enfoque del impacto que tienen las distintas estrategias de marketing que desarrollan las empresas productoras y comercializadoras - principal causa del cese de la lactancia humana exclusiva según la evidencia - con el fin de aumentar su volumen de venta y sin medir las consecuencias en la salud, en el sistema de salud y/o en el ambiente.
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