La leche humana es ese primer alimento real que probamos y el único que puede jactarse de ser “completo” al menos por los primeros 6 meses de vida. Al principio un poco grasoso, espeso y dulce; luego más ligero, acuoso y abundante porque, al parecer, se iría acomodando a las necesidades a lo largo del día y también de lo que dure la lactancia. Recién nacidos, extremadamente vulnerables, la leche humana nos sujeta a la vida propiciando la mejor nutrición, hidratación y desarrollo del sistema de defensas que podemos imaginar.
Ahora bien, como todo alimento en nuestro sistema alimentario, influido por intereses de las corporaciones, en las últimas décadas se ha convertido en una mercancía más. Desde 1981 existe el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna para regular y mitigar los efectos del marketing en la lactancia. Surge en respuesta a todas las estrategias que las empresas productoras de fórmulas comerciales infantiles han desplegado -y aún despliegan- despiadadamente con un único objetivo: vender más. Sin importar que ese “vender más” sea a consecuencia de destruir primero la lactancia humana, y con ella, todos sus beneficios.
Góndolas llenas de latas y briks con tiernos animalitos antropomorfizados (humanizados), repletas de mensajes nutricionales y promesas de salud presente y futura; piezas publicitarias en donde se entrevista a grandes celebridades que la dan fórmula a sus hijos/as; congresos de sociedades científicas de pediatría en grandes hoteles gracias a pomposos patrocinios o publicidades que le hablan a esas “mamás reformuladas que no se olvidan de ser mujeres”...
Las estrategias persuasivas van mutando, acompañando procesos sociales, tomándolos como propios y reconfigurando muchos de los conceptos que rodean la lactancia, como el de la maternidad, el de crianza, el de la nutrición, el de ser mujer y tantos otros. Funcionan a través del sembrado de pequeñas dudas o cuestionamientos en la opinión pública, que luego alimentan y acrecientan por diversos canales de comunicación.
Todos esos mensajes de alguna manera confluyen en personas gestantes o que ya están amamantando: “Ahora todo el mundo te dice cómo tenés que criar”; “a las madres parece que se les exige la perfección” “a través de la fórmula pudimos incluir al papá en la lactancia, porque antes quedaba afuera” “madres que además de madres también sueñan y no quieren olvidarse de vivir” son frases indiscutiblemente empáticas para ese momento tan delicado como puede ser la gestación o puerperio (repleto de miedos, inseguridades e incertidumbres). Pero esto no es accidental ni inocente: ¿Qué pasa cuando detrás de esos mensajes que ante cualquier oído pueden sonar empáticos, considerados y amorosos sabemos que hay una empresa de fórmulas intentando desarticular recomendaciones de salud pública para acrecentar sus ganancias?; ¿Qué herramientas de defensa tienen estas personas tan vulnerables ante un sistema de comunicación regido por algoritmos que seccionan la audiencia de acuerdo a intereses particulares para inducirlas al consumo? ¿Qué podemos hacer para que la lactancia sea un evento elegido libremente a través de información veraz, oportuna y desprovista de todo elemento persuasivo o publicitario?
Para mejorar las tasas de lactancia y que sea una realidad posible de sostener, es necesario entenderla como una responsabilidad social, asumir el compromiso de su protección y promoción desde cada rol y lugar que habitemos.
En esta oportunidad y para contribuir con brindar claridad en el tema a todo el personal de salud, desde Fundación SANAR elaboramos un material infográfico que reúne de manera clara y concisa, información sobre el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna; sobre qué establece, qué productos alcanza, su obligatoriedad en Argentina, el marco normativo que lo recepta y qué deben hacer los profesionales de la salud en relación a él.
Te invitamos a descargar y compartir con tu equipo de trabajo el FactSheet “Desafíos en la Protección de la Lactancia: ¿De qué hablamos, cuando hablamos del Código de Sucedáneos?”
Comments